Familias monoparentales en España: desafíos, diversidad y desarrollo legal

Una familia monoparental se define como aquella compuesta por un único progenitor que asume la responsabilidad de uno o más hijos. Esta estructura familiar se caracteriza por ser dirigida exclusivamente por un adulto, lo que implica una dinámica particular de convivencia y responsabilidades.

Las causas que llevan a la formación de una familia monoparental son variadas. Entre ellas, encontramos la maternidad o paternidad en solitario, que puede ser una elección personal o una circunstancia sobrevenida. Otras causas comunes incluyen el divorcio, la separación, la viudez, o incluso situaciones en las que uno de los progenitores ha sido abandonado o está ausente por motivos de fuerza mayor, como la emigración o una hospitalización prolongada.

En el ámbito legal, la monoparentalidad también puede establecerse a través de la adopción, donde una persona decide criar a un niño o niña sin la participación de una pareja.

En España, no existe una normativa unificada que establezca hasta qué edad un hijo debe ser considerado dependiente para efectos de definir una familia monoparental. En general, los hijos con discapacidades significativas son siempre considerados dependientes. Los demás deben ser menores de 21 años, o hasta 25 si están estudiando, con algunas variaciones regionales.

La estructura de las familias monoparentales ha evolucionado con el tiempo, especialmente debido a cambios sociales relacionados con el rol de las mujeres. La elección de criar solos a los hijos ha aumentado tras un divorcio, una separación, o por decisión de embarazarse o adoptar independientemente.

Según la Encuesta Continua de Hogares del INE de 2020, en España hay aproximadamente 1.944.800 hogares monoparentales, lo que representa el 10,4% del total de hogares, con una mayoría considerable liderada por mujeres. Estos hogares han visto un crecimiento significativo desde 2013, destacando aquellos encabezados por personas solteras o divorciadas.

Estos hogares enfrentan desafíos particulares, como la necesidad de equilibrar el trabajo y la familia, satisfacer necesidades económicas, y tomar decisiones cruciales en solitario. No es sorprendente que estos hogares tengan un mayor riesgo de precariedad laboral y pobreza.

A nivel de apoyo, los hogares monoparentales en España tienen acceso a diversas ayudas y beneficios, como bonificaciones en seguridad social, deducciones fiscales, y subsidios de vivienda. Se anticipa que la futura Ley de familias propuesta en abril de 2023 ayudará a estandarizar los derechos y reconocimientos de estas familias en todo el país.

En el contexto europeo, el fenómeno de la monoparentalidad es aún más prevalente, con una triple incidencia en comparación con España. A pesar de las diferencias entre países en cómo se definen estas familias, comparten desafíos comunes de vulnerabilidad económica y social, y una predominancia de la monoparentalidad femenina. Estos desafíos son abordados a través de legislaciones como la Directiva 2019/1158 de la Unión Europea, que busca mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar de los progenitores solos.